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El cierre de restaurantes y el incentivo al teletrabajo ligado a la crisis de Covid-19 han impulsado considerablemente el mercado de la comida a domicilio. ¿Continuará esta tendencia después de la crisis sanitaria?
En algunos sectores de actividad, la crisis de Covid-19 ha sido un auténtico acelerador de tendencias. Por ejemplo, el mercado de reparto de comida a domicilio ha ganado varios años de crecimiento en comparación con las previsiones de los analistas de mercado.
Se espera que su tamaño se duplique entre 2018 y 2022, según las previsiones de Food Service Vision. Muchos propietarios de restaurantes no han tenido más remedio que recurrir a la entrega a domicilio para mantener cierta apariencia de negocio durante la crisis sanitaria. Por ello, han recurrido a una estrategia de venta omnicanal que combina la venta de comidas in situ, en click&collect y a domicilio.
En España, cada segundo se hacen 3 pedidos de comida a domicilio. Los españoles hacen una media de 2,6 pedidos al mes. Más de dos tercios de los pedidos se realizan a través de un agregador como Uber Eats o Deliveroo, con una cesta media de 16 euros para el almuerzo y 17 euros para la cena.
Por ejemplo, a nivel internacional, Uber Eats registró un aumento del 64% en el número de propietarios de restaurantes que se inscribieron en la plataforma entre febrero y mayo de 2020. Una tendencia que ya se viene observando desde hace varios años pero que se multiplicó durante la pandemia.
Para muchos clientes, el reparto de comida es una solución sencilla para evitar cocinar. Pero no necesariamente para comer mejor, ya que el reparto favorece la comida rápida. El 26% de los pedidos son de pizza a domicilio, el 10% de platos asiáticos (sushi, comida china) y el 7% de kebabs, paninis y sándwiches. Entre las principales ventajas aducidas por los consumidores, la rapidez de la entrega, la posibilidad de hacer el pedido en el último momento y la sencillez del proceso ocupan la primera posición.
Si volvemos a las cifras y previsiones vemos que 3.000 millones de euros es el volumen de facturación del sector del reparto de comida a domicilio en 2019. Esto representa alrededor del 5% del dinero generado por la industria de la restauración comercial, según una estimación de Food Service Vision. Esta cifra se duplicará de aquí a 2023.
La misma observación fue hecha por la firma de investigación NPD que, en febrero de 2019, situó el crecimiento anual del número de entregas de comida en España en una media del 20% en los últimos tres años. En comparación, el crecimiento de las visitas a los restaurantes comerciales es sólo del 1% de media cada año.
Esta oleada está impulsada en particular por los millennials, que representan el 55% de los pedidos. Ahora bien, cuando un hábito es adoptado por la generación más joven, ya sabemos lo que ocurre después con el mercado.
Otras cifras: el reparto de desayunos ha ganado un 15% en un año, mientras que las cenas siguen a la cabeza con más de la mitad de las entregas de comida a domicilio.
Mientras que las pizzas, las hamburguesas y los sándwiches se llevan la palma, con pedidos que se han duplicado en cinco años, las panaderías, las cadenas de restaurantes tradicionales y los servicios de catering se están beneficiando de la tendencia de la "vuelta a casa". ¿El qué? El homing es un fenómeno sociológico contemporáneo que consiste en organizar una fiesta en casa con los amigos en lugar de una salida a un restaurante.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en 2021, a pesar de la pandemia, aunque el mercado de la comida a domicilio ya ha superado al de los autoservicios, sigue siendo inferior al de las comidas en restaurantes. Se trata de una señal alentadora en un momento en que los cafés y restaurantes vuelven a abrir por fin tras meses de cierre.
¿Cuáles son las principales tendencias que hay que tener en cuenta para satisfacer las expectativas de los consumidores y ganar nuevos clientes?
Aunque los operadores de reparto de alimentos suelen mostrar un crecimiento impresionante, sus beneficios no siempre son los mismos. Muchos líderes del mercado no logran alcanzar el equilibrio. Deliveroo, Delivery Hero, Doordash y Uber Eats siguen dando pérdidas.
Varios factores explican este fenómeno. En primer lugar, la feroz competencia entre las grandes empresas de reparto a domicilio les anima a multiplicar sus promociones para atraer a los clientes. La necesidad de visibilidad entre los consumidores y los restauradores también impulsa los presupuestos de marketing y publicidad. A estos gastos hay que añadir, por supuesto, la remuneración del personal de reparto.
Los propietarios de restaurantes que deseen repartir comidas a domicilio tienen varias opciones para establecer este servicio.
En primer lugar, pueden incorporar el servicio a la empresa, contratar ellos mismos al personal de reparto y adquirir una flota de vehículos de reparto. Se trata de una estrategia que requiere un flujo de caja abundante, ya que esta inversión puede tardar a veces varios años en ser rentable. Además de los costes de infraestructura, los costes salariales del propietario del restaurante aumentan en proporción al número de repartidores que utiliza.
Por ello, la gran mayoría de los restaurantes optan por externalizar el reparto de comidas a cambio de una comisión por el pedido.
Los agregadores, como las plataformas de reparto, ponen en contacto a los restaurantes con una flota de repartidores autónomos. Los agregadores también se encargan de todo el proceso de pedido para el cliente final. Las ventajas son innegables:
El reparto de comidas ya no es sólo cosa de los restauradores, sino también de los comerciantes de alimentos. Los choferes se ofrecen a entregar productos frescos o preparados directamente en los hogares de sus clientes. En general, la entrega a domicilio, en todos los sectores combinados, está mostrando un crecimiento insolente bajo la expansión de los servicios digitales.
Todo apunta a que, a pesar de la reapertura de cafeterías y restaurantes, la continua digitalización de los hábitos de consumo debería seguir impulsando el crecimiento del sector de la entrega a domicilio en los próximos años.
Sin embargo, los restauradores no se han quedado de brazos cruzados, como demuestra la presentación de múltiples alternativas. Se han puesto en marcha servicios de entrega específicos para restaurantes, a pesar de la complejidad de tener que gestionar una flota de vehículos para llegar a los domicilios de los clientes. Aunque estos actores se ahorran la comisión que cobran las plataformas, sufren una baja visibilidad.
Las plataformas de reparto de comidas, a menudo anglosajonas, no están exentas de riesgos para la confidencialidad de los datos de los clientes franceses sobre sus hábitos alimentarios. Los mismos interrogantes se plantean en relación con la calidad de las comidas entregadas a las empresas o a los domicilios, sobre todo en lo que respecta a la frescura de las comidas y la calidad de los menús.